El método Pilates fue creado por Joseph Pilates a principios del siglo XX como un sistema de rehabilitación física. Durante la Primera Guerra Mundial, Joseph comenzó a trabajar con personas lesionadas y con movilidad reducida, desarrollando aparatos que permitieran fortalecer el cuerpo sin impacto y con control absoluto del movimiento.
De ahí nace el Reformer, uno de los aparatos más representativos del método. Su diseño combina una plataforma móvil, resortes de distintas resistencias, correas y barras que permiten adaptar cada ejercicio a las necesidades del cuerpo. No se trata de fuerza bruta, sino de precisión, control y conciencia corporal.
Las sesiones de Pilates Reformer trabajan el cuerpo de forma integral, poniendo especial atención en el centro de fuerza —lo que Joseph Pilates llamaba the powerhouse— desde donde se origina todo movimiento eficiente. A través del control de la respiración, la alineación y la fluidez, el cuerpo aprende a moverse mejor, no solo a moverse más.
El Reformer es especialmente beneficioso para mejorar la postura, fortalecer de manera equilibrada, aumentar la movilidad y acompañar procesos de rehabilitación o prevención de lesiones. Gracias a la resistencia controlada de los resortes, el trabajo se adapta tanto a personas que recién comienzan como a cuerpos con experiencia previa.
El Pilates Reformer propone algo distinto: moverse mejor antes que moverse más. Escuchar el cuerpo, trabajar con control y construir fuerza desde la conciencia, no desde la exigencia.